jueves, 13 de noviembre de 2008

Cobertura: AteneA en el Recital de Encías Sangrantes


VOLVIÓ EL CALOR
Pogómetro ---> %90
Por Martín Intruso Burgos

Ya empezado noviembre es de suponer que los días empiecen a ser cada vez más cálidos, tirando para lo caluroso. Y el sábado no fue la excepción, ni mucho menos. Sólo el cielo oscuro, la luna y las estrellas (y el reloj) decían que era la medianoche. Y esa medianoche era el momento para comenzar a palpitar una fecha muy esperada en nuestra ciudad.
Hacía bastante ya que los Encías Sangrantes no andaban tocando por La Plata, más precisamente desde el 25 de abril, fecha donde descontrolaron El Rey, ahí en la 122. Por eso puede explicarse que apenas pasadas las 12 de la noche la puerta del Club Unión Ferroviaria, en 17 entre 68 y 69, ya hubiera mucha gente esperando para hacer efectivo el ingreso. Y para matar el tiempo, nunca más necesaria una buena cerveza fresca o, porque no, un fernetazo en la famosa botella de CC con su pico cortado.
Una vez adentro, el calor de la puerta parecía invierno puesto en comparación con el interior. Un espacio atractivo en cuanto al tamaño, con buena vista desde todos lados pero, repito, imposible subsistir sin algo frío en la mano/boca. Y eso frío se conseguía mediante un trámite que con el correr de la noche se podría considerar engorroso, ya que en medio del baile sacar el ticket en una ventana y retirar la lata de cerveza o el fernet (a ¿sólo? $15) obligaba a perderse parte del show.
Llegada la 1.30 y con ya mucha gente adentro, el telón se abrió por primera vez para darle paso a una mujer y su guitarra que, con una gola envidiable para cualquier dama, deleitó con varias canciones para amenizar la previa de lo que más se esperaba. El escenario no estaba tan cargado en ese momento, sólo un enorme afiche que mostraba en versión gigante la preciosa entrada, cargada de colores para flashear, rodeado de redondeles de aún más colores.
Terminado el set acústico, las banderas comenzaron a ocupar su posición frente al escenario, del cual cerca de las 2.30 un animador, vestido con un traje símil teatral anunció el puntapié inicial de la fiesta sangrante. En ese momento comenzó a desatarse oficialmente la euforia, con los primeros acordes de Santa Catalina. Fue en medio de ese primer tema donde una enorme red llena de globos hizo su ingreso, para recorrer las cabezas de la gente que ya había llenado el lugar casi por completo.
Como ya se había hecho en El Rey, las imágenes temáticas proyectadas en el fondo del escenario no se hicieron esperar. Ni las graciosísimas animaciones de La cumbia del oficial o de Babilonia, ni el video de Jugo de Paty. En cuanto a los temas, la primera parte giró en torno a los ya grabados, tanto en el Cd oficial como en el demo del año 2004, algunos nuevamente reversionados como Cacerolas o Zapata, otro recuperado como es Rockanrolito, tema que Juan Cruz se encargó de avisar que hacía mucho que no tocaban.
Casi alcanzada la primera hora de recital, y después de un par de “novedades” (o no grabados) como El pozo, Keme Kemo, Flores y el presentado en AteneA Hasta, llegó el momento del parate para recuperar fuerzas y continuar un rato más. Para esa altura, la canilla del baño no daba más de tantas veces abierta para mojar caras, pelos o remeras. Más de uno aprovechó el momento para ir de una escapada a la calle, en busca de la famosa bocanada de aire fresco. Y fue en el intervalo donde los que se hicieron escuchar fueron integrantes de la hinchada de Estrella de Berisso, que comenzaron siendo mirados como raros cuando empezaron a cantar, pero terminaron contagiando a todos.
El regreso fue tan poderoso como el comienzo, como si en el escenario hubiera un microclima; y es que los músicos de Encías lo generan para meter tanta fuerza desde arriba y contagiarla. Sino averigüen quién no bailó en el enganchado cumbiero donde La pollera amarilla, El caimán y cuantos otros “éxitos” bailanteros de los 90 con los que la banda animó el baile.
Cabe destacar a los invitados que pasaron por el escenario, como los uruguayos que se prendieron al coro más de una vez, el Tobi y su bandoneón, y el cantante de una banda de Berisso que también agarró el micrófono.
Para el final quedaron temas ya clásicos como Tranky panky, Felicidad, Mocañamo y el final futbolero y a pleno pogo de Copate, para cerrar una fiesta que, como cada vez que los Sangrantes se suben a un escenario, te dejan flasheando.

DUELE UNA BOCHA

Alejandro Sokol fue miembro en la primera época de Sumo como bajista y baterista. Tras la muerte de Luca Prodan, se reunió con Germán Daffunchio para armar Las Pelotas. En abril de 2008, Sokol tocó por última vez con la banda en el Quilmes Rock. Luego se dedicó a su nuevo proyecto, El Vuelto S.A junto a su hijo. El 12 de enero sufrió un paro cardíaco en Córdoba. Tenía 48 años y el 30 de enero cumplía 49. Te invitamos a escuchar las charlas que El Bocha tuvo con Atenea. Nota Junio 2007: "Mi banda es Las Pelotas" Nota Junio 2008: "Con El vuelto hago temas de Las Pelotas que son de mi autoría, pero son versiones nuevas"