CAMELLOS CONTRA EL FRIO
No hay dudas de que la escena del rock platense se está renovando. Y uno de los recitales de este fin de semana así lo demuestra. A pulmón, con muchas ganas, un buen número de gente y por sobre todo mucho para mostrar, Se Va el Camello presentó su primer disco larga duración.
El club El Fortín de Zona Sur, ahí nomás del Parque Castelli, era el lugar para que la una de las bandas integrantes del sub-18 local tuviera la responsabilidad de calentar la noche más fría de este joven 2008. Los gorros, las bufandas y las camperas con olor a varios meses de estar guardadas eran el punto en común de la mayoría de la gente que, después de hacer una previa con alguna bebida en la puerta, de a poco ingresaba al lugar.
Ya pasado el angosto pasillo que separa el mundo exterior del espacio físico para el recital, encuentro la primera cuasi alegría de la noche: la posibilidad de hacer el show en un club da también libertades para los precios. Y conseguir una botella de cerveza, o un vaso de medio litro de fernet a sólo 6 pesitos es una ganga para aprovechar.
Apenas pasada la media hora del ya día domingo, era la gente de la murga Divorciados de
Para la 1.30 el lugar estaba casi repleto. Y acá es donde me voy a detener a hablar del público: es una constante en Se va... la cantidad de chicos jóvenes que los siguen y que llevan algunas banderas y remeras; muchos (sino la mayoría) carecen del derecho de votar, y no podrían (si fueran más estrictas las leyes) comprar bebidas alcohólicas. Pero para el fanatismo está claro que no hay edad.
Ahora sí, se apagan las luces, una pantalla transmite algunas imágenes referidas a la banda, que aparece entre las sombras para presentar su disco “Mil cumbias y rocanroles”. “De uno más”, tema que abre el CD es el elegido para el puntapié inicial. Ya de entrada se suceden los que a la postre serían los únicos invitados de la noche. El Chavo y su armónica para “Vamos llegando” y el Cocucha de
Con el transcurso del show se suceden los temas presentes en el disco, al mismo tiempo que otros temas considerados “viejitos”, término extraño para una banda que recorre su tercer año de vida. También tiene su oportunidad Manuel para quedar sólo sobre las tablas, acompañado sólo por su viola acústica.
Para el final quedan dos temas que arrancan los últimos pogos con lo poco que queda de fuerzas en las piernas: Pegaba más piola y Desbordar cierran una noche que me permito calificar de consolidación para una banda que día a día crece en base a esfuerzo y a sonar cada vez más ajustada.
Martín Burgos (El Intruso)