Aunque no tuvieron muchas oportunidades de mostrar el material de su último disco, Esclavo, Guasones evitó hacer de este recital como si fuese uno más y armó un recorrido por todos sus discos. Y en dos horas y media y en un coqueto escenario decorado con 5 pantallas verticales, fue todo una gran oda al lifestyle del rock and roll: mujeres ("Todas quieren rock") y excesos ("Paranoia 26", "Me muero") con todo lo malo que eso puede incluir, como los problemas de amor ("Días", "Brillar") y rehabilitaciones ("Reyes de la noche").
Además, para hacer lo que más les gusta, según confesaron, con mesas de bar, luces bajas y cervezas de por medio, en la mitad de la noche la presentación tuvo su parte blusera con "Ruta 36", "Estupendo día" y las dos "Desiree".
Llevan 17 años juntos, suenan bien, reversionan algunos de sus temas en el vivo y quedan perfecto (como en "Descuida má, sólo son ratas", de su primer disco, y "Chica de ojos tristes"). A veces preocupados por los rótulos, los Guasones se tienen que dar cuenta que tomaron lo mejor de todas sus influencias (Rolling Stones, los Ratones Paranoicos, Charly García y un poquito de Calamaro) para combinarlas con sus cualidades y la dosis necesaria de profesionalismo que debe tener cualquier banda que quiera llegar a las primeras planas. Sí, se puede.
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